¿Es posible que haya un bosque de secuoyas (Sequoia sempervirens) en España? Pues sí, es posible.
Está en el Monte de Utilidad Pública número 2 (Monte Cabezón), en Cantabria, entre las localidades de Cabezón de la Sal y Comillas.
Es un monte pequeño, de unas 2,5 has de superficie, pero su singularidad han llevado a que se declare Monumento Natural. ¡Y no es para menos!
He tenido la oportunidad de hacer una pequeña visita hace unos días. No podía imaginarme la existencia de un rincón tan bello. En apenas media hora se recorre a través de sendas creadas a tal efecto.
El monte cuenta con 848 pies de Sequoia sempervirens y 25 pies de Pinus radiata, ambos introducidos.
Me contaron que las secuoyas fueron introducidas en este lugar, en los años 40 del siglo pasado, por un ingeniero español que trajo semillas de E.E.U.U., las sembró y decidió probar a ver cómo se desarrollaban. Todo se correspondía con la política forestal del momento: plantación de especies de crecimiento rápido, productoras de madera. Como puede comprobarse, no han cumplido su objetivo. Pero no importa, su existencia tiene ya valor por sí mismo.
La Sequoia sempervirens es una conífera, de la familia de las cupresáceas, y única representante del género, que alcanza hasta más de 100 metros de altura y puede vivir hasta más de mil años. ¡Impresionante! Su hábitat natural es una estrecha franja del oeste de Estados Unidos que abarca desde la zona meridional de Oregón hasta California central.
Si queréis más información, dejo este enlace de la Dirección General de Montes de Cantabria.
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